El último sábado, dando inicio a la semana de la memoria se realizó el escrache a Jorge Luis Magnacco quien fue partero de la ESMA y quien recibió la libertad condicional tras la unificación de sus condenas.
A Magnacco se le unificaron sus condenas en 24 años y éste hecho habilitó el arresto domiciliario, ya que había cumplido dos tercios de esa condena, desde su arresto en 2000 por robo de bebés (delito no contemplado por la ley de Obediencia Debida, vigente al momento de su detención).
Está comprobado que el represor participó en al menos diez partos de cautivas en la Escuela de Mecánica.
"Hay tristeza en este mundo, porque muchas son las cosas que ignoramos. Si, no sabemos de la existencia de muchas cosas bellas, cosas como la verdad. Por esta razón, en nuestra ignorancia, la tristeza es muy real.
Las lágrimas son reales. ¿Qué es eso a lo que llamamos lágrima? Incluso existen diminutos conductos, los conductos lagrimales, que producen las lágrimas para que ocurra la tristeza. Y el día en que llega la tristeza, nos preguntamos: ¿Esta tristeza que me hace llorar, esta tristeza que me carcome, terminara algún día?
La respuesta es, por supuesto, que sí.
Algún día terminará la tristeza."*
*fragmento del documento leído durante el escrache. Los hijos e hijas de tus víctimas estamos acá para que hasta que vuelvas a la cárcel la condena social se convierta en tus rejas. Que lo sepa todo el barrio: acá vive un genocida.
Te condenaron por haber participado en el robo de once bebés que nacieron en la ESMA: Evelin Baurer Pegoraro, Victoria Donda, Guillermo Pérez Roisinblit, Juan Cabandié Alfonsín, Ezequiel Rochistein Tauro, Jorge Castro Rubel, Federico Pereyra Cagnola, Javier Penino Viñas, Emiliano Hueravillo, Sebastián Rosenfeld Marcuzzo y la nieta 127 (Poblete Moyano).
Nacieron en la ESMA, ese centro clandestino de detención, tortura y exterminio en el que hubo alrededor de 5.000 víctimas detenidas-desaparecidas, algunas de ellas asesinadas en los vuelos de la muerte. Nacieron ahí en cautiverio, en las peores condiciones. Los arrancaste de los brazos de sus madres. Algunas ni llegaron a poder alzarlos, porque tenían las manos atadas. Ustedes les robaron la identidad: eso significa robarles una parte irrecuperable de sus vidas. Para eso, Magnacco, ni olvido ni perdón.
Acá, frente a tu casa, te recordamos que: No olvidamos, no perdonamos, no nos reconciliamos. Tu único lugar es la cárcel para siempre, por genocida.
¡Que lo sepa todo el barrio!: en Marcelo T. de Alvear 1665, 10º F vive JORGE LUIS MAGNACCO, el partero de la ESMA. Estamos acá, porque el único lugar para un genocida es la cárcel.
¡30.000 COMPAÑERAS Y COMPAÑEROS DETENIDOS-DESAPARECIDOS: PRESENTES, AHORA Y SIEMPRE!
? Natalia Bordesio - Paula Lobariñas para Manifiesta