"Vos sabes lo que es para una travesti de acá ser escuchada, ser comprendida " nos dijo Nadia Zuñiga en la apertura del Encuentro Nacional de Mujeres. La única compañera travesti de la comisión organizadora agitaba la bandera del orgullo en alto durante el acto. Era saludo con lágrimas de bienvenida a su tierra después de meses de espera
Comenzaba así el sábado por la mañana en el autódromo Mar y Valle de Trelew, por 33° año consecutivo un nuevo aquelarre de mujeres, lesbianas, travestis y trans de esos que se anclan en la tierra
Trelew es una ciudad de cien mil habitantes, cálidos y amables, que nos invitaban a pasar a sus casas para proveernos de agua y charlas. Tiene pequeñas colinas en sus calles que durante tres días estuvieron llenas de mujeres lesbianas y travestis marchando.
"Mujeres y autodeterminación de los pueblos" fue el taller que estalló sus cupos. Uno nuevo, uno más desde donde levantar las consignas que extinguen las fronteras entre nosotras. Que abrazan y acompañan la lucha histórica de las Pu Lof resistiendo desde siempre, y de ellas resistiendo dentro de las Pu Lof. Plurinacional nos hermanamos.
A las 18 hs del sábado por primera vez en la historia de los encuentros se marchó en contra de los travesticidios y transfemicidios. "señor señora no sea indiferente, se mata a las travestis en la cara de la gente" corearon las calles al ritmo de la furia y alegría travesti, con Alma Fernández a la cabeza y cuadras de compañeras encolumnadas detrás de un faldón histórico: les compañeres trans y travestis del país organizades. Temblaron las puertas de las instituciones opresoras, porque tal como siempre lo advirtieron las trans y travas que mataron volvieron.
Pero sin fiesta no es revolución, sin cuerpos gozantes y cerveza bien fría no queremos, sin meneo teta a teta y cumbias con las manos en alto nos negamos porque entendemos que cuando hay por delante deseos y placeres se construyen una política que resiste los embates de la hostilidad patriarcal. Nos amamos en las calles y en las pistas y por eso el clásico de la fiesta torta se volvió un refugio que llenó un galpón entero de alegría y sudor. Si para amar mejor hay que venir al sur, este amor colectivo entre nosotras, la mejor arma que tenemos para combatir al machismo, se estalló por los aires en la fiesta de lesbianas más grandes del país.
Finalmente llega domingo, de los días que tenemos juntas el más movilizante. Se cierran los documentos que se construyen horizontal y colectivamente en cada taller. Se dispone cada espacio a la gran marcha que recorre toda la ciudad. Vuela el glitter por el aire, las consignas en los cuerpos libres, se pintan carteles en la plaza y desde temprano los bombos marcan el paso.
Compañera ¿te imaginas 40 cuadras de mujeres lesbianas y travestis cantando por todos los barrios? ¿Te imaginas las vecinas saludando desde techos de chapa y revoque con pañuelo verde? ¿Te imaginas los aullidos colectivos cuando las niñas desde las ventanas levantaban sus puños cerrados en alto con sus carteles de Ni Una Menos?
No podríamos imaginarlo si no lo hubiésemos visto y derramado las lágrimas que derramamos pensando "así se siente que se caiga" .
No importa cuánto quieran opacar nuestras fiestas, cuánto quieran amedrentar con piedras y balazos en operaciones armadas. El miedo ya cambio de lado si institucionalmente no pueden responder a nuestros reclamos con sensatez democrática. Lo sabemos, nos tienen miedo porque no tenemos miedo. El miedo arde cuando sentimos las 40 cuadras de compañeras a nuestras espaldas. Por eso es que estar ahí es una declaración de principios.
Manifiesta esta ahí, acompañando a cada compañera porque así lo siente y el feminismo no se proclama se comprende y se siente.
Nos vemos en La Plata 2019. Vamos a estar ahí.