Crónica del 32 Encuentro Nacional de Mujeres

Resistencia, Chaco 2017


"Sentí que todas nos amábamos y eso fue re empoderante. Nunca en mi vida me sentí así"
Malena, 24 años sobre su primera vez en el Encuentro Nacional de Mujeres

El momento que esperan todo el año, fin de semana largo de Octubre son las vacaciones del patriarcado que nos supimos conquistar las Argentinas. Vuelos sacados con 10 meses de anticipación, rutas rebalsadas de micros, y fiesta en cada Estación de Servicio de la R9, R11 y cualquier otra que llevara a Chaco. Asomadas a las ventanas se saludan las chicas, sin conocerse, sin haber hablado antes se saben compartiendo mucho más que un camino soleado. Son 70.000 las mujeres, lesbianas y travas en Resistencia.

En un acto colmado se da comienzo. "Bienvenidas chicas". Enormemente bienvenidas por Chaco, su gente y entre compañeras. A partir del mediodía se abren los 71 talleres oficiales del Encuentro que buscan debatir y visibilizar problemáticas cotidianas de las mujeres, lesbianas y travestis a lo largo y ancho del país como por ejemplo: "Mujeres campesinas y rurales" , "Mujeres adultas mayores" y "Feminización de la pobreza" .

A los 69 talleres que hubo en Rosario en el último ENM se sumaron "Mujeres y cultura de la violación" y por último el tan aclamado "Activismo gordx" donde amontonadxs en un aula que no quiso dejar afuera a nadie llenaron de potencia política las tallas XXL. La apertura de cada taller lleva un proceso de debate previo y un respeto enorme por la historia de 32 encuentros que disponen de los espacios públicos como escuelas y gimnasios para su desarrollo. Existen otros autoconvocados y conversatorios que se dan lugar en plazas.
 

"Orgullosamente Torta"


10 cuadras de orgullosas lesbianas y transbianas, entre purpurinas y bombos, recorrieron el epicentro de la ciudad con cánticos picarescos como "no soy amiga de tu mama" "no queremos machos que nos asesinen, queremos lesbianas que nos eroticen", para desembocar en el festival homonimo que se llevo a cabo en Plaza Belgrano.

El orgullo de las tortas, cada vez mayor, cada vez más numeroso proviene quizás en parte como lo decía Jauregui de la respuesta política que se le da a una sociedad que te educa para la vergüenza. Aunque, por otra parte, admite al menos sospechar  de este movimiento que no para de ganar adeptas que encuentran en sus filas la comodidad del éxodo. Las pibas que aman a las pibas, ese es el quid, el climax de la desobediencia patriarcal. Que no habla solamente de la insumisión para la se(n)xualidad sino de la política que más lastima y atrofia el rancio patriarcado: que nos amemos.

¿Encontraron las lesbianas el tesoro al final del arcoiris" Definitivamente no. La violencia patriarcal existe en cualquier ámbito, como una introyección del enemigo. Pero políticamente el enorme potencial de llamar(nos)se "Tortas" radica en la posibilidad de construir vínculos por fuera de la lógica patriarcal y capitalista, sin propiedad, sin jerarquías, y sin competencia. Amando diferente en lo individual y colectivamente.  
 

La gran marcha


El Domingo tras otra jornada de reflexión comienzan los preparativos: Se marcha. Juntas. Las mujeres del país pidiendo igualdad de derechos, políticas públicas, aborto legal, seguro y gratuito y en contra de todo tipo de violencia, abuso y normalización a la que nos someten por el simple hecho de ser mujeres. Villeras, políticas, amas de casa, abuelas junto a sus nietas, universitarias, travestis, artistas, bisexuales, y todas, pero todas: Juntas.  

Lamentablemente la protagonista para los medios masivos de comunicación termina por ser la catedral y no esta amalgama maravillosa de mujeres organizadas. Anteriormente tanto en Rosario (31er ENM) como en Mar del Plata (30er ENM) esta marcha culminó con represiones brutales y feroces persecuciones a las manifestantes ante la posibilidad de que un apice de este edificio resultase dañado o pintado.  

Chaco fue el ejemplo vivo de que es posible ejercer el control político de las fuerzas represivas, de que siempre la violencia institucional es una decisión política y de que el trabajo colaborativo del estado (en su multiplicidad de organismos) con organismos de derechos humanos arroja como saldo que se respeten las garantías constitucionales y los derechos de cada ciudadana. Fueron las compañeras desde la organización y el trabajo incansable las articuladoras de esta red que nos permitió salir ilesas de esta tensión.  No hubo heridas, no hubo detenidas ni daños mayores.

El Encuentro Nacional de Mujeres concluyó en una festiva peña de abrazos calientes y cerveza fría.
"No aguanto más para que sea el año que viene y volver" gritaba Coti de 19 emprendiendo ya la vuelta. Tranquila Coti, nosotras estamos igual y pasa rapidísimo.

Será Chubut la sede del Encuentro nro. 33 buscando ser fuerza para nuestras hermanas Mapuches, buscando ser ese río que arrolla la impunidad, desata la rabia y grita justicia para Santiago.
 
 
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